Una marca al gusto del público

El gusto que más cuenta es el del cliente consumidor

Tu mejor amiga está de cumpleaños en unos días, empiezas a pensar en qué le puedes regalar, vas a una tienda y ves unos zapatos que te encantan pero ¿le gustarán a ella? ¿el regalo es para ti o para tu amiga?

En el tema branding pasa lo mismo, creamos para el cliente/consumidor/comprador no para la empresa. La creación de su marca no entiende de gustos personales ni obedece a ellos, ni a los del cliente (empresa contratante) ni a los del diseñador (profesional contratado).

 

¿Cuál es el papel de la empresa en la creación de su marca?

La empresa determina el camino y la identidad, cómo es, su personalidad, valores y forma de hacer, por su lado el diseñador traduce esos conceptos y los materializa de manera gráfica y verbal.

El diseñador debe de realizar un análisis a tres bandas:

  • Valores de empresa: escudriñar junto a la empresa qué y quién es para extraer el perfil más exacto posible. Esos conceptos comienzan a dar las primeras pistas sobre formas, color, estilo, tono que tendrá la marca gráfica.
  • Público objetivo: cómo es quien va a contratar o comprar la marca, qué medios consume, con qué tono se puede llegar a ellos, qué valoran como consumidores. Cuanto más exacto y concreto es el perfil del público más se puede personalizar la marca, cuando se trata de un producto o servicio masivo o donde no coincide consumidor y comprador la marca ha de neutralizarse para ser capaz de alcanzarlos a todos.
  • Sector: cuáles son las tendencias en formas, colores, lenguaje y comunicación. Se evalúa en paralelo con los valores de empresa para determinar si se ha de seguir la línea del sector o desmarcarse para llegar al público objetivo. Por ejemplo una clínica médica que implanta un servicio de atención vía online, el perfil de público se acota bastante y quizás este perfil exija una identidad distinta a lo común porque ya está escogiendo una vía de servicio fuera de lo común.

Sí se conceden peticiones o requisitos de la empresa

Visto así parece que quien contrata el servicio de creación de marca no tiene nada que decir, pero no es así. Siempre hay peticiones que se cumplen siempre y cuando no sean opuestas a lo que el proyecto y público precisa.

Los gustos personales de cualquiera de las partes, empresa o diseñador, deben de quedar al margen porque la creación de una marca tiene más de ciencia que de arte, comparte ambas, pero la primera gana más peso.

Mientras que las peticiones no condicionen el éxito del proyecto se cumplen porque se trata del nombre y firma que la empresa tiene que hacer y sentir suya, defenderla, promocionarla, venderla…

 

Volviendo al ejemplo del inicio:

  • la empresa es el comprador del regalo,
  • el diseñador la tienda con toda su oferta de productos,
  • la amiga el público de la empresa;

La empresa (comprador) debe escoger al diseñador (tienda), contarle todo sobre su público (amiga) para que le recomiende el mejor regalo para ella, el objetivo al final es que la amiga no olvide su cumpleaños y recuerde quién le hizo ese regalo, dejando atrás los zapatos que tanto le habían gustado.

¿Para quién es tu marca?

Imagen de cabecera cañón de artillería del castillo de San Antón, A Coruña

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