Este post va dirigido a quien va a encargar el diseño o rediseño del «logotipo» de su empresa. 

Hace unas semanas me pidieron ayuda para el montaje que ya estaba en marcha de una tienda física. Querían que diese mi opinión y pensase cómo activar la marca, el nombre ya estaba escogido y el logotipo diseñado.

Nada más ver la marca detecté algunos problemas de construcción que darían complicaciones en algunas aplicaciones y la estética ya resultaba anticuada sin haber empezado la actividad.

Pedí que me enviasen todo el material que tuviesen para analizar y dar mi alternativa. Mi sorpresa fue cuando recibí el correo con archivos vectoriales (son con los que trabajamos los diseñadores) y mockups de papelería de la marca gráfica. Unos mockups estéticamente vistosos que daban el pego corporativo pero que tenían dos fallos importantes: uno, no se ajustaban a las necesidades reales de la empresa en cuanto a aplicaciones y dos, tenían fallos técnicos porque algunas piezas que proponían no se podían producir en la vida real.

Un mockup, para quien no lo sepa, es el montaje de un diseño a veces sobre objetos reales, los usamos habitualmente para mostrar a los clientes cómo quedaría su marca en una camiseta, en un rótulo, en un coche, o la papelería al completo, antes de realizar cualquier pieza. Los hay más trabajados que muestran un bodegón de objetos todos personalizados con los colores corporativos y la marca, con objetos que no vienen a cuento como clips, plantas, dispositivos electrónicos, u objetos que ya no se usan como CDs, pen-drives,…

Esto estéticamente vende mucho, hace que el diseño entre por el ojo, sin embargo luego resulta que se han metido piezas que el cliente no va a producir como libretas para notas, carpetas o lápices por ejemplo, sin embargo no muestra cómo quedará la marca gráfica sobre la fachada real de las instalaciones o cómo será la plantilla de la factura con su programa de facturación, tema delicado a veces.

El trabajo de un diseñador es dar soluciones a realidades y no crear un mundo falso súper corporativo y estético que no responde para nada a la realidad. 

Los mockups los usamos todos, son muy útiles porque nos permiten mostrar la marca en uso sin gastar el dinero en la producción de la pieza en concreto para su aceptación. Ahora bien, esos mockups que crean escenas con objetos que el cliente no necesita o que técnicamente no se pueden producir son un engaño, crean una imagen falsa en la mente de cliente que luego no va a tener escenas así de bonitas en su día a día, cuyas instalaciones no responden para nada a lo propuesto o no va a mandar producir las variopintas aplicaciones por las que le han cobrado.

Reconozco que es una práctica que me enfada, muy usada por diseñadores noveles, gente que dice ser diseñador,… para mostrar las bondades de uso de una marca, y puede que en manos de un diseñador y en un entorno controlado quedara así de bien. Pero, siempre hay un pero, a mi entender la marca debe ser usada por el cliente o empresa, y si esta requiere un esfuerzo o más tiempo del que se le puede dedicar, la marca no es válida.

Sé que estoy tirando piedras sobre mi tejado porque si hiciese eso me aseguraría que mis clientes dependieran de mí para cualquier cosa. Sin embargo prefiero que vuelvan por iniciativa propia, falta de tiempo o confianza, y no porque no sepan usar aquello que les diseñé.

En resumen, si vas a encargar tu marca sea para uso físico, exclusivamente digital o híbrido asegúrate de que crean aquello que necesitas. Si no sabes qué necesitas, que puede pasar, el profesional debe asesorarte, hacerte las preguntas correspondientes y crear aquello que vas a usar en tu día a día.

Si en el proceso de inicio de tu marca tienes dudas sobre qué puedes necesitar, puedes consultarme sin compromiso, encantada te ayudaré para que sepas qué pedir y por qué.

 

Imagen de cabecera azulejos en una fachada de la Magdalena, Ferrol