
El color de tu marca II
Defiende tus colores
¿Os imagináis que la tele siguiese siendo en blanco y negro? No veríamos el camino de baldosas amarillas de El Mago de Oz, la sangre de Psicósis, los colores de Tim Burton o los de la, a veces, cruda realidad de las noticias.
No imaginéis porque los colores nos rodean por todas partes, vinieron para quedarse, también en las marcas que conocemos, consumimos y recomendamos.
La semana pasada hablaba del color de las marcas, el tema es tan importante que lo he dividido en dos partes para darle el peso que realmente tiene. Cuando no se es consciente de ello pasan cosas como que la producción de las aplicaciones corporativas sea imposible porque no hay el material necesario en el color concreto, que el coste de producción sea muy alto porque exige una técnica más costosa o simplemente que termina por no gustar e incluso odiar el color corporativo.
Cuando se llega a consenso cromático marcando qué color o colores identificarán a la marca y se implantan llega el momento de defenderlos a muerte, no se pueden cambiar a antojo, por aburrimiento o por gusto personal.
Es importante que quien tenga que defender la marca, especialmente cuando se trata de una pequeña empresa o un autónomo esté convencido de sus colores porque convivirá con ellos durante mucho tiempo.
La función del color es bien sencilla, identificar y diferenciar a la marca, por tanto a la empresa. El summum sería colocar un recuadro del color sin más y que inmediatamente piensen en la marca. Se trata de notoriedad sugerida sí, hay que mostrarlo para que piensen en la empresa, pero como ya sabemos cuanta menos información demos más probabilidades tendremos de ser atendidos, por lo tanto si nuestro mensaje es una mancha de color y así nos reconocen, ¡eureka!
Hay una categoría aparte en el tema cromático y son las empresas que no tienen un color corporativo único, sino que su marca puede emplear cualquier color que será igualmente conocida por su forma o estilo de comunicación. También se trata de marcas que tienen una cartera de productos tan amplia que la marca se adapta a él y a su comunicación. La calidad gráfica de estas marcas y el nivel de sencillez debe ser sublime para poder adaptarse a estas necesidades.
¿Cuántos colores tiene una marca?
No hay una norma sobre la cantidad de colores que debe tener una identidad corporativa. Cuantos más colores más normas o pautas de uso habrá que cumplir, es decir, más complejo será el sistema de marca. Se suelen dividir en colores corporativos y secundarios, estos últimos de apoyo gráfico para crear aplicaciones y dirigir la comunicación de la empresa. A cada uno de estos colores se le asigna un uso y no se pueden alterar ni intercambiar.
Si la marca se identifica por un solo color, se centran los esfuerzos comunicativos en él, aunque a la vez a nivel gráfico resta recursos gráficos, pero es fundamental pensar en el responsable de gestión de la marca para que pueda usarla fácilmente. El manual de identidad visual se hace importantísimo en este punto para usar correctamente cada color.
¿Cómo se determina el color de una marca?
La semana pasada decíamos que influyen dos factores: los psicológicos y los técnicos. Hay otro igual de importante como estos dos, los colores de la competencia.
El color de la marca debe identificar y diferenciar a la empresa de otras, especialmente de las del mismo sector. Al comienzo de un proyecto de creación de marca se estudia el contexto marcario donde se mueve la que vamos a crear para conocer entre otras cosas formar y colores predominantes en esa actividad. Con esa información sobre la mesa junto a los valores, personalidad y objetivos de la empresa se determina si debe seguir la línea del sector o si debe romperla. Esta decisión influye en el tono de comunicación de la empresa. Pensemos en la banca donde los colores predominantes eran azules, rojos o grises y de pronto apareció uno naranja, venía a cambiar el concepto de la banca para los particulares.
Hay sectores capaces de acaparar un color como elemento identificativo, el más evidente son los partidos políticos. Si pensamos en los colores habituales en marcas, están todos cogidos, el que venga detrás tendrá una difícil decisión entre sus manos para que no se le asocie con otro partido y a la vez huir de posibles significados negativos de los colores que puedan quedar libres.
Aunque a veces sea de las últimas decisiones en la creación de una marca, el color es uno de los puntos clave porque puede ser una lanzadera o un lastre muy pesado. Queda claro que sobre gustos no hay nada escrito pero que estos, no tienen mucho que decir cuando se trata de crear una marca.
Imagen de cabecera celosía del salón asiático del Palacio de Cerralbo, Madrid