El color de tu marca I

Por tus colores te conocerán

 

«Para gustos, los colores»

 

Este famoso refrán hace referencia a que existen tantos gustos como colores en la naturaleza, es decir, infinitos, ¿en branding también?, veamos:

  • Nestlé – azul
  • HP – azul
  • Samsung – azul
  • Vodafone – rojo
  • Telefónica – azul
  • Santander – rojo
  • Coca-Cola – rojo
  • Iberia – rojo y amarillo
  • Cuétara – rojo
  • Danone – azul y rojo
  • MRW – azul y rojo
  • ColaCao – azul, rojo y blanco
  • Bankia – verde
  • Champion – rojo y azul
  • Nacex – naranja
  • Facebook – azul
  • Twitter – azul
  • Whatsapp – verde
  • Pastas Gallo – negro y rojo
  • Kellogs – rojo
  • Cabreiroá – rojo y azul

Esta pequeñísima muestra de marca conocidas y consumidas por todos muestra que en lo referente a marcas no hay tantos colores como gustos, y es que en branding los colores no responden a los gustos de nadie.

Azul, rojo y negro están en la cima de la lista de los colores más empleados a la hora de crear marcas, les siguen verdes, grises, blancos y de ahí para abajo naranjas, amarillos, morados quedan para los «atrevidos».

 

¿Qué influye para determinar el color de una marca?

Poco tiene que ver el gusto del diseñador o la empresa, más bien nada. Influyen factores psicológicos y técnicos.

  • Psicológicos: cada color tiene un significado que hemos generado por la situación donde vemos ese color de manera natural y por cómo se ha ido empleando a lo largo de la historia. Estas circunstancias cargan a los colores de un significado creando en nosotros determinadas sensaciones y sentimientos. Por ejemplo el azul y el verde, colores bastante habituales en las marcas, dependiendo del tono nos generan tranquilidad y nos sugieren naturalidad precisamente porque nos recuerdan al cielo o el mar y a la naturaleza que por lo general suele relajar a las personas. El rojo, color de la sangre, se le ha dado un significado de pasión y peligro a la vez. 

Todos ellos tienen relación con las circunstancias donde los vivimos, y no podemos obviar nuestro propio bagaje que va a influir en cómo percibimos los colores. En ocasiones, en el inicio de un proyecto de creación de marca algún cliente prohibe el uso de un determinado color porque era el de su antigua empresa o porque le hacía recordar a determinada persona… Nuestras propias vivencias influyen pero no marcan el color que se empleará.

  • Técnicos: hay colores más fáciles de percibir y plasmar que otros, por ejemplo, los amarillos son complicados porque pueden llegar a no verse sobre determinados fondos, aparte de que no sirve para todos los usos como el digital, el amarillo en pantalla es «peligroso». Luego hay otros que son más agradecidos para ser usados en cualquier entorno y situación como los azules, verdes o negro.

Hay otra cuestión técnico/práctica que no es baladí. Crear una marca implica aplicaciones como mobiliario, objetos de oficina, fachadas, vehículos o tapizados los cuales no se encuentran fácilmente en todos los colores. Todos estos objetos se fabrican en colores «básicos», si se necesitan en un color concreto como violetas o tonos concretos de rosa, amarillos… no se encontrarán y o bien se opta por buscar un color alternativo y neutro para estos usos o se encargan ex profeso.

 

Por lo tanto ni prohibiciones, ni gustos, ni modas son factores determinantes para la elección del color corporativo de una empresa, he hablado de los factores psicológicos y técnicos a los que sumaré alguno más en una próxima entrada. Ahora interioricemos el hecho de que la sabiduría milenaria de un refrán por una vez nos ha fallado.

 

Imagen de cabecera alfombra del Museo ABC de dibujo e ilustración, Madrid

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