La marca femenina

El propósito de un mea culpa

La entrada de hoy poco tiene que ver con el branding y la comunicación corporativa salvo porque es el entorno donde se suceden los hechos. Es una entrada personal en mi función diaria más allá de la agencia.

La mayoría de mis clientes, colaboradores y proveedores son hombres, las reuniones transcurren en despachos con dos, tres, cuatro, cinco o seis hombres y yo como única mujer presente. Casi siempre estos hombres son partes decisoras de lo que se trata en la reunión, por lo tanto una de mis tareas es hacerles y entender lo que propongo.

Este año, y solo llevamos dos meses y unos pocos días de 2019, he vivido tres situaciones en tres de estas reuniones que me han hecho pensar y que me llevan a escribir esto justamente esta semana. No soy parte activa de estas conmemoraciones / reivindicaciones porque quizás no comparta las formas aunque sí el motivo. Estas tres reuniones despertaron en mí un mea culpa por ser parte implicada y silenciosa en lo que reclamamos y no vivimos que es la igualdad.

Como en casi todos los sectores y actividades económicas la presencia del hombre es más numerosa que la de la mujer, en el mundo del diseño y la comunicación no es menos. Me muevo entre muchas colegas de profesión pero que luego no están presentes en esas reuniones.

En estas tres reuniones pude comprobar que queda mucho por salvar para el trato igualitario. Una de ellas era con un cliente actual, otra un primer encuentro con un posible cliente y la tercera con un viejo cliente, los tres posibles estadios. Todos ellos se preocuparon de dejar bien clara su posición superior anteponiendo su discurso, cortando el ajeno (mío en este caso), poniendo en duda la profesionalidad por mi género y hasta soltando perlas machistas de gusto deplorable.

En todas las situaciones mantuve la educación sin devolver el golpe en el momento no sé si por ese estatus de cliente/proveedor o por ser ellos hombres. Como no fui capaz de vislumbrar el por qué escribo este mea culpa como muestra pública de que no habrá más silencios por educación a palabras necias, ni más silencios a las interrupciones porque son esos pequeños gestos los que quizás a muchas hagan callar y entender que hay cosas que no pueden alcanzar o hacer por ser mujer.

Me paso al lado activo, es mi propósito, no volveré a mantenerme en silencio cuando alguien por su género se crea con preferencia o superioridad.

Seguiré creando y gestionando marcas para empresas y, para personas.

Imagen de cabecera mimosas en flor en el castro de Elviña, A Coruña

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